Como cada mes (aunque me han dicho que debería hacerlo cada 3 semanas) he vuelto a pasar por la ‘tintorería capilar’. Esta vez he probado el nuevo Igora Royal de Shcwarzkopf. ¿Qué tiene de especial? Lo que me han prometido: cobertura total. Parece verdad, mi 70% de canas (es lo malo que tiene ir a un especialista, te cuentan las cosas tal y como son) ha desaparecido.

También promete un color más intenso. En principio me gusta el tono conseguido, es muy natural y, como la calidad de mi pelo es buena, no se ve ‘plasticoso’. Es verdad que el tinte como tal sólo me lo puso en la raíz, «donde hace falta para cubrir las canas», y no me pasó el color a puntas como hacen en otros salones. Intensificaron el brillo del resto de mi melena con un baño de color. «Si teñimos el largo del pelo cada vez, se satura de color. No solo no es necesario sino que además la coloración queda plana, sin matices naturales que es lo que da belleza al pelo».
Sin llegar a darme alergia, muchas coloraciones me irritan el cuero cabelludo, me pica mientras está actuando y después; hasta pasado el primer o segundo lavado me sigue molestando con picores y algo de escozor. Hoy en día hay tintes muy suaves con el cuero cabelludo, pero no todas las canas son iguales (algún día hablaremos de ellas, no sólo de las mías) y las que yo tengo no se cubren con estas fórmulas, así que he de aguantarme con los picores unos días si quiero tener un bonito color de pelo.

Pero parece ser que las nuevas formulaciones cada día están más conseguidas y son capaces de cubrir expectativas (y canas) con el mínimo de irritación. He de decir que, si bien sentí un ligero picor durante la exposición, una vez retirado no volvió a molestarme.

Y esto es todo lo que tenía que deciros: he probado una nueva coloración, y me gusta.