Cirugía estética, una opción

Según estudios europeos realizados, hoy día la mayor parte de mujeres esperan someterse a una intervención de cirugía estética en algún momento de su vida. Además, un gran número de adolescentes varones piensan que necesitarán de ella algún día y otros tantos ya están tanteando la posibilidad de someterse a una operación de este tipo.
Por otra parte, estudios estadounidenses revelan que más de la mitad de los hombres de negocios pasaría por el quirófano con el fin de mejorar su carrera profesional. Está claro que, como dice Anthony Elliott en su libro Dar la talla, «la cirugía estética es sencillamente otra opción de vida, junto con la moda, el ejercicio físico y la terapia».
Este catedrático de sociología asegura en su libro que la fama ocupa un lugar cada vez más central en las decisiones que las personas toman a la hora de someterse a tratamientos cosméticos y quirúrgicos ya que muchos famos@s aparecen como modelos a seguir, hasta en el quirófano.
A las celebridades se le suma la nueva economía, la inseguridad, la paulatina destrucción de empleos, que nos lleva a reinventarnos incluso a través de la cultura de la cirugía estética. Muchas personas creen que una cara estirada o un cuerpo liposuccionado son un camino para mejorar su vida, su carrera profesional y sus relaciones.

El negocio de la cirugía estética está proliferando en todo el mundo. Botox, rellenos, implantes mamarios, microdermoabrasión, lifting, minilifting… Cada vez más profesionales acuden a asesores de imagen e incluso cirujanos plásticos buscando obtener ventaja sobre competidores más jóvenes para conseguir los empleos y los ascensos de una economía siempre exigente. Por desgracia, no se trata sólo de vanidad. En esta sociedad suele juzgarse si las personas son idóneas para un empleo o un ascenso por su ‘cara bonita’.
Pero yo me pregunto: ¿de verdad creéis que un rostro estirado puede competir con un rostro joven de 30 años? A igualdad de condiciones: mentales, organizativas, económicas… Si alguien quiere un directivo joven, ¿pensáis que un candidato/a con, por ejemplo, 60 años, va a conseguir el puesto? Será cubierto por una persona joven, no estirada. Y contra eso, seamos realistas, nada se puede hacer.
Luchemos contra una sociedad injusta que valora más la imagen que el intelecto, pero no pretendamos que la cirugía nos convierta en lo que no somos. Usémosla para mejorar nuestro aspecto, porque con el paso de los años hay zonas que pierden relieve, surcos que entristecen nuestro rostro y no dejan ver nuestra belleza interna.
Ya sabéis que soy amante de la cirugía y la medicina estética, de la cosmética, del ejercicio, de la buena alimentación, del sueño… Estoy a favor de cuidarnos, quitarnos una arruga o borrar las ojeras… Cualquier cosa con tal de sentirnos mejor con nosotros mismos, siempre que lo hagamos por amor hacia nuestro cuerpo, porque nos queremos, pero no por querer ser como el otro.
Porque tú eres lo mejor que tienes, una arruga no te hará mejor ni peor, lo que verdaderamente vale es tu interior. No importa si tu pecho es grande o pequeño, ni si tu rostro es más bonito o feo que el de tu competidor, podrás copiar su cara, pero ninguna operación trasplantará su espíritu (bueno o malo), nada te hará tan bell@ como él o como ella, porque belleza eres tu.
rafael lujan
08 Oct 2016Bueno.¿Cómo consigo el libro?
Mayte Martínez
08 Oct 2016Es de 451 editores.
Julia
22 Sep 2016Totalmente de acuerdo con el post y con el comentario de Teresa. Un rostro de 60 estirado no es un rostro de 30 (ni de 40, ni de 50), es simplemente un rostro de 60 estirado, que, en muchos casos es incluso peor que uno de 60 sin estirar. Aunque cada uno que haga lo que quiera, claro. Pero pensar que tu vida a cambiar, que vas a encontrar un buen trabajo… Es bastante iluso.
Teresa
16 Sep 2016Tienes razón, hay que cuidarse lo mejor posible, el aspecto es importante pero sin obsesiones y por mucho botox que te pongas los años están ahí y a la hora de buscar trabajo son un lastre.