Nueva cosmética de toda la vida
Hoy hablamos de una marca que se ha reinventado a sí misma, Galénic: cosméticos de calidad, que combinan el refinamiento y la sensorialidad de un producto de belleza que conjuga la eficacia y la seguridad de un laboratorio farmacéutico.
Fórmulas gaélicas
M. Pierre Fabre, fundador de la marca a finales de los años 70 en París, fue un visionario que tuvo la intuición, simple y genial, de crear una marca que reuniera el rigor, la seriedad y la eficacia del universo farmacéutico con la elegancia y sensorialidad del universo de la belleza. Así nació Galénic: un nombre que hace referencia a la ‘galénica’, la ciencia del ensamblaje de componentes en farmacia, y un arte milenario que es capaz de convertir un principio activo en un elemento asimilable por el cuerpo o la piel y preservar su eficacia.
Su filosofía
Heredada del savoir-faire galénico, la filosofía de Galénic no ha cambiado en medio siglo: cada principio activo debe tener una fórmula a medida que contribuya totalmente a su eficacia y proporcione a la mujer un gran placer durante la aplicación.
La Alta Formulación es un arte del ensamblaje y exige un conocimiento perfecto, íntimo y sensible de las materias primas. Y sólo un experto como el formulador puede practicarla. En el seno del Departamento de Investigación de los Laboratorios Pierre Fabre Dermocosmética, crean fórmulas inéditas que comienzan en el descubrimiento del principio activo. Las etapas se suceden desde la intución, la selección de las materias primas, la precisión y el test sensorial.
Gracias a la creatividad de los formuladores nacen galénicas sofisticadas, pero en ningún momento se pierde de vista la seguridad del producto. Por esto, en 2016, Galénic continúa en su proceso de Calidad, una selección rigurosa de materias primas, con tests y verificaciones constantes, y con toda la paciencia de los verdaderos expertos.

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