El universo de la medicina cosmética y estética no se detiene, las innovaciones tecnológicas y científicas posibilitan que los tratamientos cada vez sean más eficaces. Las mejoras en investigación y en innovación, segmentos que las empresas cuidan especialmente, ofrecen semana tras semana avances relacionados con su marco de estudio. Existe una sustancia en concreto, conocida como ácido hialurónico, que se aplica en este contexto desde 1996; a pesar de todo ya fue descubierta en 1934 y su popularización quedó en punto muerto hasta ese año. Este tipo de ácido es un elemento que ofrece un abanico muy amplio en relación a las necesidades estéticas. Realizar una lista de todas sus propiedades es altamente complejo, ya que son casi infinitas.

Una de sus aptitudes más conocidas es la de la retención de agua en un porcentaje que equivale prácticamente a un millar de veces su volumen. Esta capacidad provoca que su aplicación en relación a la hidratación de la piel sea muy eficaz. Este ácido ayuda a que las fibras presentes bajo los tejidos de la epidermis se regeneren, ofreciendo uniformidad y firmeza a la piel. La naturalidad que muestra es también uno de los puntos claves de su aplicación y utilización, aportando un aumento de labios, mejorando las líneas de expresión y facilitando la recuperación celular.

Muchas son las empresas que deciden implementar el ácido hialurónico en sus productos, una apuesta ganadora digna de ser implementada en el Libro del White’s. Por ejemplo, la medicina cosmética valora muy positivamente su aplicación a los tratamientos antienvejecimiento por su efectividad tanto interna como externa. Se trata de una sustancia no invasiva, uno de los otros puntos fuertes que dispone de manera inherente. Actualmente se está potenciando de manera muy firme su aplicación en tratamientos publicitados como no invasivos, como por ejemplo un aumento de volumen conseguido a través de infiltraciones. También funciona de manera muy eficaz en colaboración con el colágeno, una sustancia proteínica que se encuentra en nuestro organismo, sobre todo en el tejido conjuntivo.

Pese a que el ácido hialurónico no tiene un segmento de clientes delimitado, está especialmente recomendado para todas las personas que presenten una piel envejecida o afectada por los signos de la edad, actuando sobre el entorno de los labios, aportando volumen labial, mermando las marcas alrededor de nuestra boca o mejorando las líneas de expresión presentes alrededor de la cavidad nasal.

El ácido hialurónico también se encuentra presente en varios alimentos de manera natural, y su implementación en nuestra dieta puede ayudarnos muy positivamente. Los cereales integrales como el arroz o la soja son altamente beneficiosos para mantener los niveles de esta sustancia. Las patatas también ayudan a activar su presencia y a mejorar los efectos de nuestro tratamiento.

Finalmente, cabe destacar también las propiedades de esta sustancia en relación a luchar contra los efectos nocivos del sol; nos ayuda a generar una especie de escudo que protege nuestro material genético ante los ataques de los populares y altamente dañinos rayos UVA. Si queremos iniciar este tratamiento por cuenta propia, es mejor consultar con un especialista celular o un dermatólogo. Un profesional nos ayudará a dibujar un marco de actuación individualizado y nos ofrecerá una línea de productos que se adapten de la mejor manera posible a nuestras demandas. Como ya hemos mencionado anteriormente su aplicación se conoce desde hace casi 20 años y es de sentido común que la lista de productos que la incluyen sea casi inalcanzable: cremas, sueros, mascarillas, etc.  En la variedad está el gusto, y ya que sus propiedades han sido confirmadas y certificadas científicamente os animamos encarecidamente a que comprobéis de primera mano sus aptitudes estéticas y médicas.