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5 razones para viajar solo

 

La verdad es que hace mucho tiempo que no lo hago, pero sí recuerdo alguna escapada en solitario en la que visitaba los lugares que yo quería sin tener que dar razones para ello; cogía el tren, el autobús o iba caminando dependiendo de lo que me apeteciera en cada momento. Me sentaba largo rato a contemplar aspectos que parecían no interesar a nadie, pues normalmente hacían la foto de rigor y seguían su camino, y no tenía que dar explicaciones de qué es lo que estaba viendo tanto rato. Comía si tenía hambre, y bebía cuando tenía sed.

Lo primero que hacía nada más llegar a un lugar era buscar un kiosco (se trata de un lugar donde venden revistas, periódicos y otras cosas de interés en papel) y comprar un mapa de la zona. Siempre me he manejado muy bien con estos artilugios, mucho mejor que con el google map, y nadie me daba la vuelta al mapa cuando lo consultaba, lo veía ‘al derecho’, como tiene que ser (para las mujeres, claro). Apuntaba todos los sitios que quería ver (que solían ser todos, más tarde me ‘han enseñado a elegir’), organizaba la ruta y me negaba a que nadie la desmantelara. Cuando viajas sola es fácil encontrar a alguien que quiera acompañarte en tu recorrido (al menos cuando era joven, a lo mejor hoy nadie se prestaba a seguirme), y agradable comprobar que, como tú, disfrutan del turisteo en solitario, y que después de un par de puntos visitados se empeñen en que su ruta está mejor planificada y es a la que tú también debes adherirte. Entonces te das cuenta de que ha sido interesante conocer a alguien diferente, que tiene unos puntos de vista que te gustan y que te sientes totalmente identificada con su entereza a la hora de no querer cambiar de rumbo, como tú. Y te despides con una sonrisa porque no es una separación, es un ¡que buen rato juntos, a ver si el camino nos vuelve a unir y repetimos!

En fin, creo que me estoy poniendo un poco nostálgica, porque hace demasiado de esos pequeños viajes en solitario. Siempre pienso en hacerlo de nuevo, pero me frena unas veces el tiempo, otras el dinero, muchas la pereza de dar explicaciones… Pero hoy ha caído en mis manos estos 5 consejos para viajar sola del hotel Barceló Montecastillo, y he decidido compartirlos porque de verdad me parece que viajar en solitario es toda una aventura que merece la pena practicar de vez en cuando. No pienses que vas a estar solo en ningún momento, estás contigo, eres tu mejor compañero de viaje, y descubrirás el tipo de persona que realmente se encuentra en ti.

5 razones para viajar solo

«La figura de la mujer viajera ha sido caracterizada y estereotipada en las películas y en la literatura durante décadas. Si viaja sola, es un alma solitaria en busca del amor, excéntrica o el más extendido, ha sido víctima de un desamor. Este tema ha sido tratado tanto en la novela como en la versión cinematográfica de ‘Come, Reza, Ama’ de Elisabeth Gilbert. Pero, ¿qué pasaría si una mujer no viajara por ninguna de esas razones? ¿Y si simplemente busca enriquecerse o quiere desconectar?» Pues que tiene que dar el paso y disfrutar de la soledad. Por cierto, aunque estos consejos se refieren al género femenino, yo lo he neutralizado porque creo que es válido para ambos sexos y, aunque se piense que el sexo débil no viaja en solitario por miedo a qué pueda pasar, creo que hay muchas mujeres que sí que lo hacen, tantas como hombres, y muchos que nunca lo han practicado, que ni se lo plantean, tantos como féminas.

«▪ Fuera de la zona de confort.
Cuando uno viaja tiene que estar receptivo ante cualquier cambio, a fin de cuentas, una mente abierta permite disfrutar de las mayores aventuras. Viajar en solitario no solo permitirá explorar límites hasta ahora desconocidos, sino que hará vivir experiencias inolvidables.

Visitar lugares insólitos.
Siempre hay un destino que toda persona querría conocer, pero muchas veces por falta de coordinación o de tiempo es difícil cuadrar las agendas con otras personas. El viajar solo permite no solo ir a los lugares que siempre se ha querido, sino que además no tendrás que depender de nada ni de nadie.

Relax
Un viaje en el que desconectar y tan sólo descansar. No tienes que estar pendiente de nadie, solo de ti, de tus sentimientos y necesidades, en todo momento.

Disfrutar de la comida para una.
Beber y comer solo puede dar vergüenza, pero si se acompaña la comida de un buen libro o una revista esa sensación desaparecerá. Además, la mayor ventaja de ir solo a un restaurante es la posibilidad de conseguir mesa en un hot spot sin tener que esperar ni hacer cola».
En mi opinión, si de lo que se trata es de disfrutar la comida (si solo es tomar algo entre visita y visita para no desfallecer, probablemente te sirva la guía sobre el próximo destino para ‘esconderte’) no necesitas ningún apoyo. Si has elegido el lugar por su decoración, ambiente, tipo de comida… abrir los ojos y absorber no solo los aromas y olores del plato sino toda la esencia del restaurante, la gente, las vistas, los murmullos… puede hacerte el ser más pleno de la tierra. Sentirte bien en cualquier rincón (especialmente si la decisión de estar ahí es tuya propia) es lo mejor que te puede pasar.
«▪ Conocerse a uno mismo.
Al alejarse de las personas que normalmente forman parte de la rutina, uno se aleja también de las expectativas y de la presión social. La distancia ayuda a liberarse y a pensar cómo se quiere ser.
Por lo tanto, tras conocer las ventajas del viaje en solitario ya solo queda marcar el destino y empezar la aventura. Como decía Mark Twain “Explora. Sueña. Descubre”.

Yo estoy segura que retomaré esta costumbre en breve.

Y tú, ¿viajas en solitario habitualmente? ¿es una asignatura pendiente? ¿Te gustaría hacerlo? ¿Lo probaste y no te gustó nada la idea?

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