Razones científicas para tomar lácteos en el confinamiento
Las guías en alimentación establecidas por organismos nacionales e internacionales recomiendan el consumo diario de lácteos. Y durante el confinamiento, también. Evidentemente liberamos de esta necesidad a alérgicos e intolerantes pero ¿y el resto? ¿Es buena idea demonizar los lácteos como parece habitual en nuestros días?
Los expertos ponen en valor los beneficios de la dieta mediterránea y la práctica de ejercicio físico regular. El consumo ideal de lácteos oscila entre 2 y 3 raciones al día en niños y adultos, y hasta 3 o 4 en adolescentes, mujeres embarazadas y lactantes, ancianos y deportistas. Estos días en casa y ante la dificultad de tomar sol, podemos recurrir a leches enriquecidas con vitamina D.
Lácteos en el contexto de una alimentación variada
Los productos lácteos constituyen un grupo de alimentos completo y equilibrado, proporcionan un elevado contenido de nutrientes. Aportan proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono (lactosa), grasa, vitaminas liposolubles y minerales, especialmente calcio y fósforo.
«Dependiendo de la edad y circunstancias de cada colectivo, de 3 a 4 raciones por día sería lo aconsejado para la mujer durante embarazo y lactancia, en la adolescencia, para deportistas y personas de edad avanzada«, explica Rosa María Ortega, Dra. en Farmacia y catedrática de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid. Pero lo cierto es que, sobre todo de unos años a esta parte, el consumo de los españoles está por debajo de lo recomendable, porque se asocia con perjuicios nutricionales.
3 raciones al día
Una ración de leche equivale a una taza o vaso, 200-250 mililitros. La ración de yogur 250 gramos (2 yogures). 30 g de queso semicurado o curado, y 0 g de queso fresco. Es fácil alcanzar las tres raciones al día, distribuyéndolas en desayuno, merienda y cena por ejemplo.
La Dra. Rosaura Leis, coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago, subraya que «los lácteos son un alimento de consumo diario y fundamental en las dietas atlántica y mediterránea, al aportar proteínas de alto valor biológico, además de importantes grasas, minerales (siendo la principal fuente de calcio) y vitaminas».
El catedrático de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia y Director del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU San Pablo, Gregorio Varela Moreiras indica que «las proteínas de los lácteos tienen alta calidad biológica, es decir, son altamente aprovechables para el fortalecimiento y el mantenimiento de la masa muscular mientras que el calcio es clave para mantener una buena estructura ósea, para estar activo y en la práctica deportiva«.
Evidencias científicas para decir SÍ a los lácteos
En mayo de 2019 Advances in Nutrition, la tercera revista de Nutrición más importante del mundo, publicó un suplemento a partir de información coordinada por Ángel Gil, doctor en Biología, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada, y Rosa María Ortega, doctora en Farmacia y catedrática de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid, y que revisa en profundidad a través metanálisis el valor de los lácteos en la nutrición humana en diferentes situaciones fisiológicas y en la prevención de las enfermedades crónicas.
En este suplemento se concluye que la ingesta regular de leche y de productos lácteos se asocia con un mayor crecimiento y menor riesgo de obesidad en la infancia. En los adultos, el consumo se asocia con una mejora de la composición corporal y un riesgo reducido de enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2 así como con menor riesgo de padecer diferentes enfermedades.
“En general, los expertos aconsejan, junto a práctica regular de ejercicio físico, pautas de alimentación equilibrada variada, satisfactoria, sostenible y compartida, donde brillan los productos frescos asociados a la dieta mediterránea, en la línea de las recomendaciones de la Fundación Española de la Nutrición (FEN); la Fundación Española del Corazón (FEC) o la Academia Española de Nutrición y Dietética”, concluye la directora gerente de InLac, Nuria María Arribas.
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