Un título nada original, lo sé, pero es el que me ha inspirado la firma Desigual, de la que quiero enseñaros algunos de los modelos de la colección que presentó en la última NYFW.

Sé que esta marca tiene muchos detractores, pero a mí me encanta. No es que sea gran acaparadora de su ropa, entre otras cosas porque no me lo puedo permitir, pero sí hace años que soy fan de salirme de la norma, por eso siempre me han gustado si no todos, sí muchos de sus diseños, aunque reconozco que soy más adicta a desigualarme en plan DIY para evitar ir igual desigualada que los demás.

Pero vamos que no era un trabalenguas lo que yo quería hacer, sino adelantarme al próximo invierno antes de que éste desaparezca, porque la Semana Santa que hoy empieza (esto es como las ofertas de algunos grandes almacenes que los 8 días duran 15, pues igual, de desigual, esta semana de 10 días) es el final del invierno, el inicio de la primavera, aunque todavía queden unos días para la fecha oficial que marca el calendario.

Y por eso os traigo un avance de moda de la próxima temporada otoño invierno, para olvidarnos del frío y pensar en cambiar los armarios, porque prendas como ésta no veremos en ellos hasta dentro de unos meses. Pero lo hacemos con alegría, porque estos diseños siempre inspiran ganas de diversión y mucha energía.

Revolución creativa. Desigual propone una ciudad diversa a través de la mezcla de texturas donde las mujeres crean su propia tendencia.Viaja a una ciudad imaginaria del siglo XXI en la que se dan cita tradiciones, culturas y pueblos alejados en el espacio y el tiempo. Un inmenso collage de culturas, en el que la diversidad es la seña de identidad y la gran fuente de inspiración de una urbanita original y creativa.

El patch como metáfora de la diversidad inspira el proceso creativo de la firma para el AW 2016, una propuesta en la que los estampados citan la belleza de las flores exóticas de Japón y el extremo oriente como el diente de león, la flor de almendro o de cerezo, los motivos geométricos otomanos y los grafismos bizantinos. Los cuadros over size y los tartanes recorren lanas y jacquares en una colección que apuesta por la calidez tanto en texturas como en colores.

Terciopelos, micropanas, acolchados, adamascados, flocados, blondas, crepes de doble faz o el mohair invitan a acariciar las prendas. En cuanto a la paleta cromática, esta evoluciona desde el rojo hasta los marrones, pasando por el purpura y berenjenas con toques de amarillo. El grafismo del contraste de blanco y negro como contrapunto, los verdes hoja, de agua y caqui y el azul Bizancio completan la carta de colores de un invierno nómada.

La silueta se revisa con nuevos patrones haciendo énfasis en las cinturas y apostando por el maxi en sus dos versiones largo y corto. El kimono se declina en múltiples versiones tanto en vestido como en prendas exteriores, los vestidos se proponen con manga trompeta tres cuartos, o estampados y de terciopelo con aires de los 60s o en su versión pichi realizado en jacquard adamascado con motivos pictóricos.

Mangas murciélago, faldas evasé y maxi largas y vaporosas evocan el romanticismo de una traveler entusiasta de los setenta. El denim muestra su lado más creativo decorado con bordados y detalles hindús, y reinterpretado aliándose con el tweed y tejidos de sastrería masculina.

Y para las prendas exteriores, Desigual ha desarrollado una amplia opción de abrigos y chaquetas que propone para ser llevados como vestido abrigo o superpuestos con otras prendas.

¿Qué te parece, te apuntas?

¡Felices vacaciones! Y Felicidades A todas las Dolores, Lolitas, Lolas, Dolors…

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