La belleza ni se compra ni se vende
Acabo de leer la expresión ‘comprar belleza’ y me ha hecho reflexionar sobre ‘mi filosofía’ a este respecto.
Es cierto que desde este blog os hablo de cirugías caras, cremas para modelar la figura (que hay que comprar), visitas al peluquero, manicuras. Técnicas y remedios que nos sirven para estar más guapas, y que hay que pagar. Pero no nos equivoquemos; la belleza, como el amor, la amistad, el valor… no tiene precio. Podemos (y es buena idea) comprar flores a nuestra pareja, demostrar nuestro afecto con un regalo a nuestros amigos, pagar unas clases de defensa personal para sentirnos más seguros… Pero la esencia de las cosas, ni se compra ni se vende.
Si tu corazón no ama, si tu amistad no es un sentimiento que nace de dentro, no hay dinero en el mundo que pueda cambiar eso.
Lo mismo ocurre con la belleza. En uno de mis talleres no hace mucho me dijeron: ‘los ricos son más guapos’. Algo de razón hay, es como cuando decimos: el dinero no da la felicidad (pero ayuda, pensamos). No vamos a engañarnos; si usamos las mejores cremas, comemos productos de calidad (normalmente más caros que la comida basura), dormimos las horas necesarias (porque no tenemos que levantarnos a las 5 de la mañana para ir a trabajar, ni acostarnos a las tantas porque podemos permitirnos pagar por que nos ayuden en las tareas del hogar), y nos sobra dinero para algún retoque, tratamiento de instituto o entrenador personal, nuestro aspecto externo mejorará considerablemente.
Pero si dentro no hay nada que lo alimente; un sentimiento de amor hacia nosotros mismos y a los demás, una autoestima fuerte a base de saber quiénes somos y cómo queremos ser, una paz interior trabajada desde el cerebro en armonía con el corazón, de nada servirá invertir todos nuestros ahorros en liposucciones, aumentos de pecho, extensiones capilares, liftings o píldoras para la juventud. Una belleza sin alma, no es bonita.
A las pruebas me remito. No voy a dar un ejemplo de personas adineradas perfectamente ‘maquilladas’ que no nos transmiten nada, porque queda feo ( y todos tenemos en estos momentos en la cabeza a más de un@).
Sí mencionaré sin embargo el caso contrario; la imagen de la mujer afgana que encabeza este post, la foto de Steve McCurry mundialmente conocida, portada de National Geographic. Sin cirugía (ni photosop, era 1985), probablemente no comía todos los días y casi seguro que no usaba cremas, y quizá no dormía lo suficiente. ¿No os parece bella?
Incluso 17 años después, cuando volvió a encontrarla y fotografiarla McCurry, seguía siendo guapa. El mismo MaCurry dijo: ‘La complejidad de emociones que expresaba sus cautivadores ojos en la primera fotografía continúa en ellos. Sea lo que sea, es muy hermoso«. A mí también me lo parece.
Ahora mírate al espejo, con dinero o sin dinero, Belleza eres tú.
Sandra
02 Sep 2013Muy chulo lo que dices. Sí, sí…
Y también he notado yo que a las personas ricas se las ve más guapas. Quizá para ellas es más importante la belleza exterior, la imagen que quieren mantener… No sé…
Me gusta mucho lo que has escrito.
Olga
29 May 2013Me ha encantado este post. Y tienes toda la razón del mundo. Cuando se dice eso de que la belleza está en el interior, parece una frase hecha, sin sentido, para que los menos «agraciados» físicamente se consuelen pensando, «sí, sí, muy guapa pero tonta, o mala persona, o superficial». Pero yo siempre he pensado que lo que significa es, precisamente, lo que tratas en este artículo: si la belleza no sale de dentro, de cómo eres, cómo te sientes, cómo piensas, cómo te comportas con el resto de la especie humana, con lo que te rodea… En definitiva, si todo lo que tienes dentro es feo, en el sentido más amplio de la palabra, esa fealdad termina saliendo al exterior, y contra esa fealdad ni dietas, ni cremas, ni maquillaje, ni trajes de diseño.