Tengo salud, una pareja que me quiere, los mejores amigos del mundo, una familia, una hermana al otro lado del charco que la llevo en el corazón. Tengo un plato de comida y ropa. Calefacción, una hipoteca que puedo pagar y un  montón de ilusiones. ¿Acaso no es eso un premio gordo?

Me gusta que caiga en domingo, como este año, ¡porque lo veo por la tele! Sí, es parte de mi tradición navideña (en los próximos días os contaré más), me levanto, me preparo el desayuno, lo pongo en una bandeja, y me siento a verlo (y voy apuntando los números ganadores, que nunca es el mío).

Cuando es día de trabajo, lo escucho por la radio, me acompaña y me llena de ilusión. Ese día voy a trabajar con tacones y maquillada (por si me toca y viene la tele). Es, para mí, cuando de verdad empieza la Navidad, con la lotería.

Me encanta el 22 de diciembre. Está en mis recuerdos como un soniquete repetitivo y entrañable. Me gusta escuchar el sorteo por la radio, me acompaña y me llena de ilusión. Un día como hoy, siempre me pongo tacones y voy perfectamente maquillada (por si me toca y viene la tele). Es, para mí, cuando de verdad empieza la Navidad, con la lotería.

No suelo jugar a nada el resto del año, no creo mucho en el azar. Todo el mundo dice eso de ‘si es la que menos toca’ pero a mí me parece la más entrañable. Si sale tu número, es el de tus amigos, tu familia, tus vecinos… Es una alegría para todos.

Y además, me parece la cantidad justa para celebrar aquello para lo que se inventó (supongo), una cena en un buen restaurante con los tuyos, unos Reyes Magos de verdad, un capricho para el que estás ahorrando, un viaje, un tratamiento de belleza, un perfume en exclusiva, unos muebles, una joya o unos zapatos nuevos.

Detalles, simples detalles que tanto nos cuesta conseguir con el día a día. Eso es para mí la lotería de Navidad, un día lleno de ilusión que parte de una vida en armonía: seguro que ya tenemos la despensa preparada para los próximos días pero ¿y si añadimos un plus? o lo congelamos y nos vamos todos a ese sitio tan especial, en tu ciudad o más allá.

¿Qué no toca (que suele ser lo normal)? Seguiremos ahorrando. Las fiestas las vamos a pasar igual, si no hay pularda, pollo; y en casa se está muy bien, lo importante es que estemos juntos ‘y que haya salud’. Es un tópico sí, pero es la realidad: si no tienes con quién compartirlo o no puedes salir de la cama ¿crees que unos euros de más van a cambiar algo? Más vale que cojas el teléfono y apuestes por la amistad. Y si tus piernas no te responden, toca las palmas para que los de alrededor salgan de sus casas y hagan una fiesta en torno a tu cama. ¿Acaso no es eso la mejor lotería?

Yo hace años que celebro el día de hoy como ‘la fiesta de la salud‘. Hago en casa un aperitivo con amigos y familiares. Es una buena idea (a mí me lo parece) para celebrar el inicio de la Navidad. Si nos toca la lotería: alegría; y si no, también. Así, brindo con todos aquellos que no estarán los días clave, porque cada uno tiene sus compromisos. Es una reunión informal y divertida.

Este año, mi cóctel de bienvenida será Rebujito negro. Se hace con 7 cl de manzanilla Solear Barbadillo, 2 cl de Pedro Ximénez La Cilla Barbadillo, 14 cl de Sprite y una barrita de regaliz. Lo probé en una fiesta del Hotel Urban que en colaboración con Bodegas Barbadillo han diseñado 15 combinados basados en los vinos de Jerez y manzanillas.

Así que con esta copa, que me tomaré bien terminado el sorteo, os deseo mucha suerte a tos@s y una feliz Navidad. ¡Que empiecen las fiestas!

Belleza eres tú os desea ¡Feliz Navidad a todos!

PGV