#Perfume

El bosque, un lugar Una exposición con aroma propio

EL Bosque un lugar

El bosque, un lugar

En el invernadero de los bonsáis del Real Jardín Botánico de Madrid se puede ver la exposición organizada por la galería The Art gallery, El bosque, un lugar. Se trata de una colección de cuadros de Begoña Ramos, una reconocida artista madrileña, ganadora de varios premios de pintura y que a lo largo de su vida artística ha participado en un gran número de exposiciones, tanto dentro como fuera de España.

La exposición, que podrá disfrutarse hasta el 13 de abril, cuenta, además, con un detalle muy singular, una fragancia creada especialmente para este evento por la aromatóloga y experta en biocosmética Yolanda Muñoz del Águila; un perfume único que nos envuelve y nos ayuda a llegar al bosque siguiendo nuestro olfato.

 

Técnica mixta sobre tela
Frutos del bosque. Obra de Begoña Ramos. Foto: Irene del Pino

 

Entrar en el bosque es sumergirnos en su perfume: el aroma de los árboles, de las flores, de la tierra mojada… “Nuestro olfato está directamente conectado con el sistema límbico” nos dice la aromatóloga y, por lo tanto, “los olores nos trasladan al corazón de los recuerdos, nos ayudan a identificar todas las sensaciones y a evocar las emociones”.

La esencia creada para la exposición, basada en los principios de la Aromaterapia Científica y con aceites esenciales puros y naturales que provienen directamente de las plantas, introduce al visitante en el bosque siguiendo su olfato. A través de unos difusores, el perfume le permitirá evocar el aire puro, las resinas de los árboles, el olor de la tierra mojada…, y le ayudará a sumergirse en el bosque creado por la pintora.

De hecho, los recuerdos despertados a partir del olfato es lo que inspiró a Begoña Ramos a realizar los cuadros que conforman esta exposición. La artista empezó a pintar estas obras después de un periodo de crisis creativa e inactividad artística durante el cual decidió hacer un jardín en su casa de Madrid, algo que nunca antes había hecho; pero fue precisamente esta actividad la que la llevó a crear esta serie de pinturas.

Técnica mixta. Dos piezas de 100x120
La hora azul. Foto: Irene del Pino

El olor de la tierra, de las plantas, pero especialmente del boj (un arbusto muy utilizado en la jardinería ornamental pero que crece de forma silvestre en toda Europa, también en la Península Ibérica, en la zona norte y oriental) le hizo recordar los bosques de Girona, a los que le gusta escaparse para caminar siempre que puede. Y fue ese olor y ese recuerdo los que inspiraron las obras que podemos ver en esta muestra.

El bosque, un lugar es una de las expresiones más personales de la artista. Según sus palabras, “el bosque nace del recuerdo evocador del boj en un lugar recóndito de esa memoria donde habito. Se convierte en una evocación, en un puzle vegetal y en mi trabajo mas íntimo, más personal y más profundo: permitir que ese bosque desvele en la pintura su estación nueva.

Son en su mayoría cuadros de grandes dimensiones, inspirados en paisajes frondosos que nos invitan a internarnos en el bosque y a descubrir la inmensidad de la naturaleza.

Primavera Obra de Begoña Ramos
Yolanda Muñoz del Águila, aromatóloga y experta en biocosmética, y Begoña Ramos, artista madrileña autora de la muestra, junto a Primavera.

 

Los bosques ocupan alrededor del 30% de la superficie de la tierra y albergan cerca del 80% de la biodiversidad terrestre. Millones de personas dependen de un bosque para vivir, son fuente de alimentos y proporcionan además plantas que se usan con fines medicinales.

Desde el punto de vista ecológico, un bosque sano regula el ciclo del agua, estabiliza los suelos y ayuda a mitigar el cambio climático. Cuidarlos es cuidar el futuro de nuestro planeta, y es una labor de todos. La artista, consciente de ello, señala que «la finalidad de la exposición El bosque, un lugar es aunar arte, botánica y entomología para el mejor disfrute, conocimiento y defensa de la naturaleza. El arte es un arma poderosa para la protección del medio ambiente».

Pero, también, los bosques son una materia prima inagotable de inspiración para la cultura, porque, asegura la artista, “nos transportan por paisajes frondosos y llenos de vida y, en mi caso, sus luces y sombras me conducen más allá del dibujo para expresar en mi obra su inmensidad, la soledad, el silencio o la paz que despiertan y transmiten sus claros de sol o sus espacios umbríos«.

 

 

El bosque, un lugar Una exposición con aroma propio

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