Cómo conseguir el efecto buena cara que deseas

Si todavía el sol no ha bronceado tu piel pero quieres lucir ese aspecto saludable que se consigue cuando nos exponemos al astro rey, alíate a los polvos bronceadores. En esta época del año ya no apetece llenar la piel de capas, ahora de lo que se trata es de escoger los cosméticos justos y necesarios y aplicarlos con maestría para conseguir ese efecto buena cara que tanto apetece.
Es tiempo de lucir esa tez bronceada tan favorecedora. Si disfrutar de playa y días de campo no te está resultando fácil, no tienes por qué resignarte a un rostro pálido.
Podemos simular el efecto bronceado que deja el sol en la cara con un toque de polvos estratégicamente aplicado. Verás qué fácil es conseguir ese efecto buena cara que deseamos, con esa luz en el rostro como cuando acabamos de llegar de un fin de semana al aire libre.
Es muy recomendable vernos mejor y que nos vean con buen aspecto para mejorar el estado de ánimo.
Si nos vemos bien, nos sentimos mejor. Si nos sentimos bien, nos ven mejor. Y si nos ven bien, se sienten mejor. Así es.
¿Y qué necesitamos para ese efecto buena cara?
Sobre todo, polvos de sol y una brocha, mejor si es gruesa y redonda.

Practica el stripping
Es la forma más segura de imitar con polvos de maquillaje el favorecedor efecto del sol sobre la piel. Además, es como una varita mágica también sobre las ojeras y signos de cansancio.
Puedes llevarlo todo el día, para verte bien desde por la mañana, como maquillaje natural, pero también de noche, o como potenciador del efecto bronceado, si ya has conseguido ese tono ligeramente dorado.
Así se hace
Después de limpiar, tonificar e hidratar el rostro, aplica los polvos en una línea horizontal, de sien a sien pasando por el centro de la nariz. Son las zonas en las que naturalmente se notan los efectos del sol. Repetir el proceso para acentuar el resultado, siempre difuminando muy bien para no perder la naturalidad.
Bronzing powders
No todas las polveras son polvos de sol. Las bases compactas o los polvos traslúcidos nada tienen que ver con los destinados a conseguir ese efecto bronceado natural.
Los polvos de sol tienen una tonalidad anaranjada o terracota porque están concebidos para corregir un tono cetrino. Además, poseen pigmentos dorados, aunque sean mates, para conseguir lo que los maquilladores suelen denominar bonne mine o ‘buen aspecto’. Poseen más cantidad de color y a veces están enriquecidos con pigmentos minerales para crear un bonito efecto aterciopelado.

Lo ideal es trabajarlos con una brocha XXL, redonda, que permita distribuir bien el color y, si queremos, retocar también cuello y escote, incluso dar un toque suave en frente y barbilla. Si te pasas y el resultado queda un poco artificial, es tan sencillo como retirar el sobrante pasando un brocha limpia hasta dar con la intensidad deseada.
Pasa la brocha delicadamente por encima de los polvos, no la gires sobre ellos como si quisieras centrifugarlos. Así solo se consigue tomar demasiado producto y que el resultado sea poco natural. Basta con acariciar levemente la brocha por la superficie de los polvos para que se impregne con la cantidad justa y suficiente. Y si no es así, repetir el gesto. Más vale que falte que no que sobre, aunque ya hemos dicho que si nos excedemos podemos retirarlo fácilmente.
Del mismo modo usaremos la brocha sobre el rostro, sin apretar, basta con pasarla de forma sutil por la tez, para depositar el color poco a poco, reaplicando la veces que sean necesarias hasta conseguir el tono deseado.
Y que no se te olvide difuminar, porque el secreto para dar al rostro calidez es que el color se funda con la piel, sin líneas de demarcación.
Acertar con el tono
El deseo de conseguir un moreno instantáneo no consiste en elegir tonos demasiados oscuros. Basta con uno más del natural de la piel, así siempre podremos modular la intensidad y conseguir un aspecto favorecedor sin estridencias.

Como norma general, las pieles claras necesitan matices rosados y las aceitunadas más dorado; los cobrizos quedan reservados a los cutis más oscuros. Aunque es cierto que hay polvos que se adaptan a todos los tipos de piel.
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