Masaje Kobido, un trabajo manual con efecto lifting

Seguro que has oído hablar en más de una ocasión de esta técnica milenaria japonesa que trabaja rostro, cuello y hombros con movimientos rápidos, lentos, profundos y superficiales. Y es que la aparatología está muy bien, pero para amantes de los masajes manuales, bien dados, este tratamiento es un milagro reafirmante.
Es cierto que para los rostros más sensibles puede resultar un poco molesto, pero el resultado es tan espectacular y la sensación final tan gratificante que merece la pena aguantar las maniobras, a veces un poco intensas, aunque si lo pides, las manos profesionales se adaptan a tu grado de tolerancia.
Se trata de un tratamiento muy oxigenante que tensa y relaja el rostro mediante la activación de los puntos de acupuntura facial, basándose en los meridianos de la medicina china. Consigue unos pómulos marcados, cejas levantadas y ojos rasgados.
Las maniobras tonificantes del masaje Kobido activan la circulación sanguínea dando lugar a que el aporte de los nutrientes sea mayor y aumente la producción de colágeno y elastina. El drenaje previo estimula los puntos linfáticos y elimina las toxinas y bacterias de las capas superficiales.
Mejora las contracturas y tensiones acumuladas en los músculos del rostro y del cráneo. Y sí, el ‘efecto lifting’ lo ves desde el momento en que finaliza el masaje. Pero evidentemente, pasados unos días, la fuerza de la gravedad sigue haciendo su labor y los resultados se van diluyendo hasta desaparecer en apenas unas semanas.
Lo ideal es realizarlo con una periodicidad semanal o quincenal, dependiendo del estado de la piel. Podemos potenciar y alargar los resultados con aceites esenciales súper reafirmantes. En cualquier caso, como tratamiento flash para antes de un evento, una boda o un momento en el que queramos vernos espectaculares, es la elección perfecta.
El lifting facial japonés
El masaje Kobido, técnica milenaria que ya empleaban las emperatrices japonesas, está patentado por su creador, el Dr. Shogo Mochizuki. En España la formación es a través de sus discípulos.
Este tratamiento manual tan efectivo para mejorar el aspecto de la piel y retrasar y minimizar los signos del envejecimiento, combina maniobras de masaje profundo que trabaja la musculatura, junto con puntos neurosensoriales y meridianos energéticos.
“Un protocolo que con la efectividad de la reflexología facial, técnicas de digitopresión y el drenaje. Trabaja la musculatura, física y energéticamente y consigue resultados espectaculares de firmeza”, comenta Mireia Olivet, técnico esteticista de The Secret lab.
“Los movimientos que se realizan en pómulos, mandíbula, frente y el contorno de ojos son un auténtico ritual. Acompañado con aceites esenciales logra aun más estimular la capacidad de producir colágeno, además de relajar muchísimo el rostro. El auténtico masaje Kobido puede complementarse con otras terapias y como parte de un protocolo facial», explica Carolina Mazzoni* que nos cuenta cómo lo practican en su espacio The Box:
- Comienza la sesión colocando piedras volcánicas calientes en el vientre para generar confort y ayudar a la máxima relajación.
- Después se realiza una higiene facial suave.
- Para buscar la simetría se trabaja primero el lado izquierdo del rostro y después el lado derecho.
- La magia de los movimientos comienza en el escote, cuello, pasando por mandíbula, doble mentón, labios, pómulos y frente, y finaliza con un masaje de creación propia en la zona de los ojos y su contorno.
- Como parte del tratamiento se aplica una mascarilla de arcilla con movimientos calmantes que se retira con una toalla caliente.
- Como colofón se extiende una crema o aceite hidratante, según las características de cada cutis y se pasa rodillos con suavidad para ayudar a que los activos penetren mejor y más profundamente y que la piel se relaje después de la activación del masaje.
- Volvemos a la realidad, pero con la cara soñada, con presiones corporales y un pequeño masaje de pies que activa el contacto con tierra.
- La piel queda suave, firme, jugosa; la mirada relajada, serena, dulce. El rostro rejuvenece, se deshincha y las arrugas de expresión se han minimizado.
PVP: 65 €, 60 minutos.
*La facialista Carolina Mazzoni asegura que “desde pequeña he estado en contacto con el mundo de bienestar. Mi padre realizaba recuperación a personas con accidentes vasculares y motores, y me fascinaba ver cómo mejoraban día a día. De mayor me propuse unir dos de mis grandes pasiones. Trabajar con la energía de mis propias manos aplicando los conocimientos de la medicina tradicional china”. Para lograrlo se ha formado en la Escuela japonesa de Shiatsu, la única reconocida por Japón en España; y posee formación en Kobido I, II y III con Dr. Shogo Mochizuki, maestro de la Casa y Linaje de Kobido.
Julia
05 Mar 2022A mí me dieron una vez un masaje kobido y la verdad es que me encantó. Es una maravilla.
Mayte Martínez
07 Mar 2022Sí que lo es, y un recuperador facial de primera. Anímate a repetirlo. Un saludo y gracias por estar ahí.